¿Cómo justificas un trabajo vergonzoso en tu
currículo?
Si te preguntas si es posible disculpar una actividad que te avergüenza en un proceso de selección o si resulta mejor esconder ese trabajo sonrojante, el consejo es decir siempre la verdad, por dura que sea.
Un año entero atendiendo llamadas en un teléfono erótico no es probablemente la actividad de la que te sientas más orgulloso cuando, tras muchos meses de búsqueda, te pongas frente a un entrevistador que te pregunte por tu experiencia laboral.
Ante un trabajo que objetivamente sea vergonzoso –o que a ti te lo parezca– cabe hablar de él abiertamente en tu currículo o durante una entrevista, pero también es posible que te plantees esconderlo y no mencionarlo.
Esto último resulta cada vez más complicado, sobre todo en un entorno laboral en el que las redes sociales son una ventana indiscreta que complica la justificación de un paréntesis laboral, de una actividad de la que puedas sentir vergüenza o de un trabajo que esté por debajo de tus capacidades reales. Eso a pesar de que hoy resulta positivo (e incluso bien visto a los ojos de los posibles empleadores) el no sonrojarse al reconocer que se está en un periodo de cambio entre dos trabajos. Y esto puede significar dedicarse a una actividad menor, desagradable o por debajo de tus posibilidades y expectativas.
En tiempos de crisis, la necesidad ha llevado a muchos candidatos a mentir en sus currículos, rebajando retribuciones y responsabilidades, o desinflando la trayectoria profesional. Según un reciente informe de Adecco, esta práctica lleva a situaciones no recomendables entre empresa y trabajador, puesto que la sobrecualificación en el puesto de trabajo lleva inevitablemente a la frustración para ambas partes. Incertidumbre, desmotivación del trabajador o pérdida de confianza en la relación laboral son algunas de las consecuencias de este mal uso.Decir la verdadMarcos Urarte, socio director de Pharos, opina que lo primero es definir qué se entiende por un trabajo vergonzoso, porque no es lo mismo que una actuación propia sonrojante: "En cualquiera de los dos casos, no hay que esconderlo, porque al hacerlo se corre el riesgo de que finalmente alguien se entere, y eso hace que pierdas la credibilidad. Debes asumir que, al contarlo, no seas la persona seleccionada, que esa confesión te pueda eliminar del proceso, pero que sobre todo valoras la honestidad y la sinceridad y prefieres iniciar una relación de confianza, sin nada que ocultar. Eso puede hacerte diferente de otros candidatos".HabilidadesPatricia Castañeda, directora de la zona Centro de Adecco, sostiene que ningún trabajo es vergonzoso, y añade que lo que verdaderamente cuenta son los retos a los que te enfrentas en un puesto o en una actividad determinada: "Se trata de analizar cuáles son tus habilidades. Más importante que los trabajos anteriores que puedas relatar son tus verdaderas capacidades y cómo vas a responder ante una circunstancia laboral determinada".
Precisamente las habilidades que descubras en un trabajo supuestamente vergonzoso que te veas obligado a aceptar pueden ayudarte en otras situaciones. José María Gasalla, profesor de Deusto Business School, también cree que "si se trata de responder a preguntas concretas de un entrevistador siempre debes decir la verdad», y se muestra partidario de la claridad, pero no de la transparencia: "Tampoco conviene que vayas más allá de tu intimidad, porque tienes derecho a tener algo propio que no confieses a nadie".
El experto sostiene que casi todas las experiencias, por negativas o vergonzosas que parezcan, son mejores que no hacer nada esperando a que te llamen: "Incluso en una actividad degradada puedes descubrir en ti talentos que nunca hubieras conseguido detectar en una actividad más alta, y lo de vergonzoso es un concepto subjetivo que depende de cada situación. En ocasiones, ciertos profesionales que han llegado a un nivel muy alto, pero han tenido que superar una situación complicada en la que se enfrentan a un trabajo inferior y logran pasar el trago con éxito, reciben una valoración muy alta cuando acceden a un proceso de selección".Siempre hay algo positivo en una experiencia laboral frustranteQuizá por necesidad, por engaño por parte del reclutador o porque sea una equivocación lamentable por tu parte, has tenido que pasar por la experiencia laboral de un trabajo que te avergüenza o que te ha resultado odioso. Son ocupaciones que no proporcionan apenas estímulos profesionales, que resultan desagradables y que difícilmente podrás justificar como experiencia.
- Una mala etapa de la que resulta muy difícil estar orgulloso puede suponer sin embargo una oportunidad para revisar nuestras creencias y asunciones, y para dar un salto cualitativo en el conocimiento de uno mismo. Puede sorprendernos con indicadores que nos enseñan mucho sobre nosotros mismos, acerca de nuestras aptitudes y habilidades.
- La experiencia negativa de un trabajo que no nos gusta o que incluso nos avergüenza puede llevarnos a encontrar puntos de aprendizaje y de maduración personal: debemos preguntarnos qué competencias nos permite desarrollar aunque la tarea no nos gratifique; qué puede suponer para nuestro futuro profesional y personal; o si nos sirve para madurar psicológicamente o para alcanzar una mayor tolerancia a la frustración.
- Hay que pensar en determinadas habilidades y competencias que ese trabajo vergonzoso u odioso potencia en nosotros; y también debemos analizar cómo se puede enriquecer esa actividad.
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