El grosor de la corteza cerebral marca nuestro
cociente intelectual, y ambos pueden variar, según este estudio: dld.bz/dwUWY
Un nuevo estudio en el que han colaborado científicos de cinco países distintos, España, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Francia, afirma que el índice de cambio en el espesor de la corteza cerebral es un factor determinante en el cociente intelectual (CI) de una persona y que éste no es un valor fijo durante toda la vida. El trabajo ha sido publicado en la revistaNeuroImage.
La corteza cerebral es la capa más superficial del cerebro (que contiene lamateria gris) y tiene normalmente unos pocos milímetros de grosor; ésta tiene una función clave en las funciones cognitivas como la percepción, el lenguaje, la imaginación, el pensamiento, la memoria y la conciencia.
¿Cómo es posible que medir el CI de una persona en dos períodos diferentes dé resultados muy diferentes en algunas ocasiones? La explicación habitual es que ha habido un error de medición. El estudio ha demostrado que los cambios dramáticos de CI reflejan un auténtico cambio en lacapacidad cognitiva del individuo.
Para ello, los investigadores realizaron un estudio a 188 niños y adolescentes durante un lapso de dos años. Los participantes fueron sometidos a pruebas de resonancia magnética en seis localizaciones diferentes de Estados Unidos. Partiendo de la base de que la corteza cerebral comienza a perder espesor a partir de los 5 o 6 años como parte de su proceso normal de envejecimiento, el análisis de las pruebas determinó que:
- Los participantes con un aumento significativo de CI no tuvieron el adelgazamiento esperado de la corteza cerebral
- Los participantes que presentaron el mismo CI tuvieron un adelgazamiento normal de la corteza cerebral
- Los participantes que presentaron una disminución significativa de su CI habían sufrido un adelgazamiento exagerado de su corteza cerebral.
- Los participantes que presentaron el mismo CI tuvieron un adelgazamiento normal de la corteza cerebral
- Los participantes que presentaron una disminución significativa de su CI habían sufrido un adelgazamiento exagerado de su corteza cerebral.
El estudio pone sobre la mesa que los cambios en el CI son reales y no se basan en errores de medición; el CI no es fijo, puede cambiar, tanto para mejor como para peor, en distintas etapas de la vida y su relación con la corteza cerebral es taxativa.